- En la historia de la literatura han irrumpido muchas concepciones sobre el arte de narrar: ¿Qué es para ti la novela?
- Me gusta mucho el concepto barojiano de que la novela viene a ser un espejo en el camino. A lo que yo añadiría que, una vez reflejada la realidad física de ese camino y de los viajeros que lo transitan, el novelista ha de reflejar esa otra realidad invisible que no obstante existe en el fondo de todos los espejos.
- De los años 60 hasta hoy, la novela ha sufrido –o gozado, tal vez- muchos cambios y experimentos. ¿Cómo se hace una novela?
- A partir de los años 60, y, en especial en la novela sudamericana, los cambios y experimentos que introdujeron novelistas de la talla de García Márquez, Alejo Carpentier, José Donoso, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Lezama Lima y tantos otros de primerísima calidad conocidos de todos los buenos lectores, sirvieron para aumentar el realismo de la ficción. Por mucho que a través de los distintos períodos de la historia de la literatura, la novela haya tomado también distintos nombres, siempre la finalidad de la novela es parecerse como un calco, si es preciso, a la realidad de donde parte.
La incorporación de manera definitiva (es decir, como si fuera la aceptación cotidiana del discurso) del monólogo interior, de los monólogos de conciencia, del estilo interior indirecto y del estilo indirecto libre, y la incorporación de distintas estructuras en las que el espacio y el tiempo narrativo los transmite el narrador de acuerdo a la perspectiva o perspectivas que exige la narración, se ha hecho siempre con la finalidad de que el lector confunda la Ficción con la Realidad.
Poner ejemplos de cada una de estas técnicas en novelas precisas, sería el ideal, mas me parece empeño imposible para esta entrevista. Pero como no he sido durante más de treinta años profesor de Literatura por gusto, te diré que a la hora de reproducir un diálogo entre personajes, el lector lo vive con mayor realismo si este ha sido escrito en estilo indirecto libre, sin participación de la voz narrativa, en el caso que esta voz no fuera testigo presente en el diálogo de ficción.
- La parrilla invertida, que pasa por ser una biografía de Felipe II, se presta como tal a un discurso lineal, cronológico, monocorde, y sin embargo no ocurre así, yo diría que gracias, en gran parte, a la irrupción del monólogo interior, que establece además una serie de saltos en el tiempo o flash-back, muy amenos y subjetivos, que imprimen al relato agilidad. ¿Cómo concibió la estructura de esta novela?
- Una vez me siento atraído por un tema novelesco, me es necesario tener a priori confeccionada una estructura donde introducir dicho tema. Y he aquí uno de los puntos semejantes que tiene la novela con la poesía. Hay que explorar qué combinación estructural es la adecuada, a la espera que surja la inspiración que te diga ésta es la estructura adecuada para el germen de esta novela.
Y ahora es cuando se dan las diferencias entre los novelistas, amén de otras muchas cosas. Tanto en mi teatro como en muchos de mis libros de poesía, y por supuesto en todas mis novelas, el sello que los caracterizan es el sorpresivo, siempre que no atente a la realidad. Los distintos diarios íntimos del rey Felipe II que se intercalan en el discurso lineal hasta el último capítulo, crean una expectación en el lector, no atenta para nada contra la verdad histórica y perfilan la profundidad psicológica del personaje, que más bien te lo responderé en la pregunta que de seguro tienes preparada para abordar dicho tema.
Sólo añadir que a la estructura de fusionar el discurso lineal histórico de la vida de Felipe II con los monólogos de su diarios, escritos en los últimos años de su vida, también se incorpora el paralelismo de intercambiar el discurso lineal de los primeros años de la vida de Felipe II con los primeros años de la vida de Isabel Ossorio, para convertirla también en personaje principal de la novela.